14 de febrero de 2007

¿Estaré a tiempo para cambiar de carrera?

Reflexiones de una Liza Minelli frustrada

Corrían los años ´70. Salí del cine, había ido con unos amigos a ver la película Cabaret. Observé fascinada a Liza Minelli cantar, bailar y actuar y sentí que eso era lo que tenía ganas de hacer más que nada en la vida: cantar y bailar. Cuándo empecé mis primeras clases de expresión corporal y comprobé que la música iba para un lado y mis movimientos para otro, verifiqué tristemente que eso no era lo mío.

¿Cómo llegué hasta aquí? ¿Qué hago coordinando seminarios, escribiendo artículos, apoyando a la gente a orientar sus carreras y determinar sus capacidades? Buena pregunta! Muchas veces me lo pregunté. Estoy segura que muchos de mis colegas se han preguntado algo parecido alguna vez.

¿Cómo llegamos a nuestras profesiones, ocupaciones, trabajos? ¿Son las oportunidades las que marcan el rumbo? ¿Los mandatos familiares? ¿Nuestras relaciones, el medio dentro del cual actuamos?? Lo planeamos o simplemente los acontecimientos van sucediéndose?.

Quizás cada uno de nosotros tenga distintas respuestas a estos interrogantes y al realizar el inventario de nuestras carreras encontremos que no han sido tan lineales y ordenadas como hubiésemos querido. No importa, es parte de nuestra historia y cada uno con ella podrá decidir qué le agrada, cuáles fueron los momentos más significativos, qué quisiéramos cambiar.

Trabajo gran parte de mi tiempo con gente que quiere cambiar la dirección de sus carreras, realizar diferentes actividades, o buscar nuevos trabajos y ocupaciones. Mis preguntas iniciales apuntan siempre hacia una misma dirección: ¿cómo llegó hasta aquí? ¿Cuáles son los mejores trabajos que ha realizado, de los que se siente particularmente orgulloso?.

A partir de allí, qué es lo que quiere hacer? ¿Para que es bueno? Esto implica comenzar a identificar los talentos, habilidades, conocimientos, destrezas- no solo los relacionados con nuestros cargos actuales, sino los que encontramos en todos los aspectos de nuestras vidas. Ud. no tiene que ser una reconocida experta para ofrecer sus talentos y habilidades.

La mayoría de los avisos que aparecen en estos momentos incluyen como requisito para cubrir los diferentes puestos, capacidad de liderazgo o una combinación de capacidades técnicas y comerciales (Ingeniero electrónico con habilidades comerciales), administrativas y sociales (Lic. en administración y buen manejo de relaciones interpersonales), artístico y técnico (diseñador gráfico con conocimiento de determinados software ).

El título profesional nos da la señal, la credencial educativa, somos arquitectas, médicas, ingenieras, profesoras y a esto deberemos agregarles nuestros talentos y habilidades en este contexto cambiante y turbulento en que las profesiones “se prestan unas a otras” y no debe asombrarnos encontrar economistas especializados en musicoterapia, en lugar de verlos detrás de un mostrador de un Banco.

Lo importante, es encontrar la congruencia entre lo que Ud quiere y lo que el famoso mercado necesita y aquí me detengo en el tema de la congruencia. Esta congruencia debe ser no solo entre el mundo interno y el externo, sino también entre mis deseos y mis acciones. Cuando las palabras y las acciones no concuerdan algo está fuera de sincronización.

Los deseos sin acciones pasan a ser solo sueños, recordemos cuantas veces decimos si, pero........ Evitemos las palabras barrera. Hacer, no significa necesariamente éxito, pero si estar en movimiento.

La armonía final entre sus fortalezas y preferencias, y una ocupación es el resultado al que todos aspiramos y es producto de la reflexión, la investigación y la acción, con sus éxitos y fracasos. Es muy poco probable que encuentre un aviso en los diarios, internet o a través de su red de relaciones que responda exactamente a lo que Ud. pretende o desea, pero inténtelo o invéntelo a través de su propio emprendimiento.

¿Qué carrera le parece puede inventar una Liza Minelli frustrada?

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