14 de febrero de 2007

Modelos de Mujeres

¿Qué modelos pueden ser utilizados por las mujeres como guía para el desarrollo de sus carreras profesionales?

Esta fue la pregunta que me formuló una ejecutiva en un seminario que recientemente impartí en la ciudad de México para mujeres ejecutivas de Dupont. Quisiera compartir con Uds. algunos temas que allí destacamos.

En América latina, debemos ser cuidadosas de no copiar modelos de las mujeres norteamericanas o europeas, que en general poseen una larga trayectoria en prácticas empresariales y marcos legales favorables para mujeres.

La siguiente no pretende ser una lista de ingredientes para convertirse en una “ejecutiva exitosa”, sino un marco de referencia a tener en cuenta cuando ejercemos roles gerenciales.

ð Una mujer ocupando cargos ejecutivos debe tener la habilidad de ignorar lo que otras personas piensan de ella y focalizarse en su carrera y objetivos personales. Debe ser resistente y necesita sentirse extremadamente confortable con quien ella es, su rol y sus objetivos.

ð Una mujer ejecutiva debe entender las reglas del juego del mundo masculino -implícitas y explícitas-, para estar en condiciones de maniobrar efectivamente distintas situaciones que se le presenten. No ofenderse por comentarios sobre deportes o bromas sobre el sexo.

ð No necesita ser agresiva o adoptar modelos masculinos; necesita ser firme, decisiva y poseer la suficiente autoconfianza para alcanzar los objetivos que se propone. El estilo es algo que cada persona construye dependiendo del poder estructural que posee y la cultura de la compañía donde se desempeña.

ð No necesita trabajar más duro que su contraparte masculina: necesita trabajar más inteligentemente, con conocimiento y contenidos. Esta es la manera en que se irá ganando respeto dentro de la empresa donde se trabaja. Deberá rodearse de los mejores y no sentirse insegura. Necesariamente deberá construir coaliciones y alianzas detrás de sus ideas.

ð Deberá tener un alto grado de confianza para avanzar en la dirección que ha establecido, aún cuando sea continuamente atacada y juzgada.

ð Deberá realizar un enorme esfuerzo para compatibilizar los distintos roles, en especial el maternal que tradicionalmente compite con sus sueños de realizar una carrera profesional. El éxito depende de su creatividad sobre cómo manejar los sentimientos internos, en especial la culpa: esta es una batalla cotidiana. La familia incluye a la pareja, allí las negociaciones también son parte del juego para balancear equitativamente la ecuación trabajo-familia.

ð Necesitará establecer una importante red de relaciones basadas en la confianza, el respeto profesional, el conocimiento que le permitan crecer tanto personal como profesionalmente.

Por último, no olvidar nunca que cada una de nosotras ejerce siempre un modelo para otras mujeres en las distintas actividades que realizamos!

“Vidas cada vez más largas, carreras cada vez más cortas”

Esta frase se la escuché decir al filósofo Charles Handy hace algún tiempo, cuando estuvo por Bs. As. y me pareció especialmente significativa sobre todo si tenemos en cuenta que nosotras las mujeres occidentales vivimos en promedio nueve años más que los varones.
Este hecho que no deja de ser ventajoso nos enfrenta ante la gran responsabilidad de tener que planificar y prepararnos más para el futuro. Entonces nos preguntamos ¿qué queremos hacer en los próximos diez años?, y esta pregunta no implica un mero ejercicio de futurología. Se podría objetar con absoluta razón que en este mundo tan cambiante e incierto y, particularmente en nuestra Argentina actual es por demás difícil imaginar y predecir nuestras actividades y proyectos para los próximos 6 meses.
¿ Cómo podríamos entonces estar planificando a diez años?. Es cierto, pero también lo es el hecho que, si no empezamos por imaginar lo que deseamos, difícilmente sepamos hacia adonde ir.

Cuando empezamos a pensar en un proyecto, ya estamos situados en otro lugar. Imaginar un Proyecto, implica ir hacia adelante, estar en movimiento, no quieto/as.
Es la persona, incorporando sus recursos, sus habilidades, sus conocimientos, su historia, lo que hace posible comenzar a generar una visión de futuro creíble, posible.

Conozco el tema, en primer lugar por que lo he experimentado por mi misma y luego porque pude acompañar el proceso de muchas personas que nunca imaginaron que algún día realizarían los proyectos que ahora están emprendiendo.

“Estuve toda una noche sin dormir, dando vueltas sobre lo que quería y podía realizar y ya lo tengo”, me dijo un día Inés, analista de sistemas y especialista en medio ambiente, quien a los 50 años comenzó con su proyecto de servicios de consultoría y asesoramiento a empresas sobre temas de impacto ambiental. Por supuesto, el camino no fue fácil, tardó más de un año desde que ese sueño imaginado en una noche de insomnio pudo concretarse.

Que los trabajos cambien, no significa que la persona cambie. Quizás cuando comenzó sus estudios universitarios, Inés pensó que iba a trabajar en una gran empresa y ahora se encuentra sentada frente a un pequeño escritorio ofreciendo sus proyectos a posibles clientes.
Esta es quizás una de las diferencias más significativas entre trabajo y carrera. Trabajo, es lo que uno hace con sus días, carrera lo que uno desarrolla durante su vida. El título profesional, nos da la señal, la credencial y el conocimiento, al que luego deberemos incorporar nuestras habilidades y talentos personales.

Tomar la decisión de anclar la carrera profesional en algo que uno valora, es el primer paso para comenzar a transitar un camino que tendrá muchas vueltas y seguramente no será recto ni directo. La mayoría de las veces, no sabremos que vendrá después. Algunos pueden actuar en ambos frentes simultáneamente: “Trabajo en una corporación como ejecutivo de cuentas y mi tiempo libre lo dedico a planear mi proyecto de capacitar jóvenes atletas”, comentó Jorge, entrenador y profesor de educación física.
“Sigo dando clases en la facultad, pero ahora todas mis energías están puestas en armar la Libroteca, envío de libros por pedido y café cultural. Es el proyecto al que más tiempo le dedico”, afirmó Marcelo, sociólogo especialista en educación.

Otras, necesitan abandonar la vieja silla para comenzar a pensar nuevas alternativas y decidir cuál es la nueva silla que quieren ocupar: “Después de 10 años de estar alejada de todo, me cuesta imaginar algo para lo que yo puedo servir y que además me permita ganarme la vida”, señaló Liliana, traductora de inglés dedicada a dar clases particulares de ese idioma y fundamentalmente a las tareas del hogar.
Si bien las estrellas de fines de los ’90 fueron y siguen siendo las grandes corporaciones, comenzaron a aparecer a finales del siglo XX nuevas formas de emprendimientos independientes y audaces, que alientan la participación cada vez más activa de individuos que poseen muchas de las cualidades que estos proyectos requieren: creatividad, capacidad de interpretar las necesidades del mercado y espíritu de superación constante.
Handy afirma que nos dirigimos a un mundo de elefantes y pulgas. ¿Por qué no empezamos a pensar donde queremos anclar nuestras carreras?

¿Estaré a tiempo para cambiar de carrera?

Reflexiones de una Liza Minelli frustrada

Corrían los años ´70. Salí del cine, había ido con unos amigos a ver la película Cabaret. Observé fascinada a Liza Minelli cantar, bailar y actuar y sentí que eso era lo que tenía ganas de hacer más que nada en la vida: cantar y bailar. Cuándo empecé mis primeras clases de expresión corporal y comprobé que la música iba para un lado y mis movimientos para otro, verifiqué tristemente que eso no era lo mío.

¿Cómo llegué hasta aquí? ¿Qué hago coordinando seminarios, escribiendo artículos, apoyando a la gente a orientar sus carreras y determinar sus capacidades? Buena pregunta! Muchas veces me lo pregunté. Estoy segura que muchos de mis colegas se han preguntado algo parecido alguna vez.

¿Cómo llegamos a nuestras profesiones, ocupaciones, trabajos? ¿Son las oportunidades las que marcan el rumbo? ¿Los mandatos familiares? ¿Nuestras relaciones, el medio dentro del cual actuamos?? Lo planeamos o simplemente los acontecimientos van sucediéndose?.

Quizás cada uno de nosotros tenga distintas respuestas a estos interrogantes y al realizar el inventario de nuestras carreras encontremos que no han sido tan lineales y ordenadas como hubiésemos querido. No importa, es parte de nuestra historia y cada uno con ella podrá decidir qué le agrada, cuáles fueron los momentos más significativos, qué quisiéramos cambiar.

Trabajo gran parte de mi tiempo con gente que quiere cambiar la dirección de sus carreras, realizar diferentes actividades, o buscar nuevos trabajos y ocupaciones. Mis preguntas iniciales apuntan siempre hacia una misma dirección: ¿cómo llegó hasta aquí? ¿Cuáles son los mejores trabajos que ha realizado, de los que se siente particularmente orgulloso?.

A partir de allí, qué es lo que quiere hacer? ¿Para que es bueno? Esto implica comenzar a identificar los talentos, habilidades, conocimientos, destrezas- no solo los relacionados con nuestros cargos actuales, sino los que encontramos en todos los aspectos de nuestras vidas. Ud. no tiene que ser una reconocida experta para ofrecer sus talentos y habilidades.

La mayoría de los avisos que aparecen en estos momentos incluyen como requisito para cubrir los diferentes puestos, capacidad de liderazgo o una combinación de capacidades técnicas y comerciales (Ingeniero electrónico con habilidades comerciales), administrativas y sociales (Lic. en administración y buen manejo de relaciones interpersonales), artístico y técnico (diseñador gráfico con conocimiento de determinados software ).

El título profesional nos da la señal, la credencial educativa, somos arquitectas, médicas, ingenieras, profesoras y a esto deberemos agregarles nuestros talentos y habilidades en este contexto cambiante y turbulento en que las profesiones “se prestan unas a otras” y no debe asombrarnos encontrar economistas especializados en musicoterapia, en lugar de verlos detrás de un mostrador de un Banco.

Lo importante, es encontrar la congruencia entre lo que Ud quiere y lo que el famoso mercado necesita y aquí me detengo en el tema de la congruencia. Esta congruencia debe ser no solo entre el mundo interno y el externo, sino también entre mis deseos y mis acciones. Cuando las palabras y las acciones no concuerdan algo está fuera de sincronización.

Los deseos sin acciones pasan a ser solo sueños, recordemos cuantas veces decimos si, pero........ Evitemos las palabras barrera. Hacer, no significa necesariamente éxito, pero si estar en movimiento.

La armonía final entre sus fortalezas y preferencias, y una ocupación es el resultado al que todos aspiramos y es producto de la reflexión, la investigación y la acción, con sus éxitos y fracasos. Es muy poco probable que encuentre un aviso en los diarios, internet o a través de su red de relaciones que responda exactamente a lo que Ud. pretende o desea, pero inténtelo o invéntelo a través de su propio emprendimiento.

¿Qué carrera le parece puede inventar una Liza Minelli frustrada?